Tanto por su intensa vida cultural, de ocio y propuestas de relax, como si se planea un viaje de negocios, de compras o, simplemente, pasar unos días agradables descubriendo nuevos rincones, la Ciudad Condal siempre está en movimiento. Pero en estos días en los que el mar se viste de blanco con las regatas de la 37ª Copa del América (America’s Cup en inglés), el plan es si cabe más atractivo que nunca.
Todo comienza y termina en el hotel Almanac. En este 5 estrellas inaugurado en 2018 las experiencias son tan diferentes y exclusivas que las recordará como una escapada memorable. Pasar las noches en una de sus 90 lujosas y confortables habitaciones, de las cuales 30 son suites diseñadas por el interiorista Jaime Berastain, todas ellas decoradas con obras de artistas locales, es solo el principio.
En el centro de bienestar las manos expertas de sus profesionales podrán devolverle la calma y la energía perdidas en una jornada de baño turco, sauna seca, masajes y tratamientos de belleza. Incluso, para mayor privacidad, podrá convertir su suite en un oasis, con tratamientos spa individualizados.
Si, por el contrario, prefiere descargar adrenalina y poner a punto su estado de forma en el gimnasio, allí encontrará cintas, bicicletas elípticas, estáticas y pesas para realizar sus sesiones de entrenamiento o, bajo petición previa, disponer de programas personalizados creados por los mejores entrenadores de la ciudad.
Descubrir la ciudad nunca fue tan sencillo como una simple llamada al departamento de conserjería y reservar su propuesta de media jornada de senderismo, durante la que un guía local le mostrará una Barcelona diferente, alejada de los circuitos turísticos habituales.
Imprescindible la experiencia gourmet del restaurante Virens, liderado por Rodrigo de la Calle (al frente de El Invernadero en Madrid), con una estrella Michelin y dos Soles Repsol. Pionero en el concepto de cocina verde, el chef ofrece tres menús degustación o participar en un showcooking tan divertido como revelador. Conocerá así, de la mano de su creador, los secretos de una propuesta a base de verduras, hortalizas, carnes y pescados ecológicos, y por supuesto una amplia selección de arroces acompañados por bebidas fermentadas y espumosas elaboradas en la casa.
Alargar las noches en la terraza Azimuth Rooftop, desde la puesta del sol hasta pasada la hora bruja es otro de los grandes lujos de Almanac Hotel. En esta azotea con piscina y vistas a la Sagrada Familia se puede degustar relajadamente el nuevo menú street food, que incluye versiones veganas y vegetarianas. Las samosas vegetales, las gyozas crujientes de ternera o la ensalada crujiente de ventresca y atún combinan a la perfección con los cócteles de autor.
Bienvenidos al Mediterráneo
Pero si algo hay verdaderamente especial en Almanac Hotel durante estos meses, es la experiencia On board. Todos los sábados hasta el 26 de octubre, 10 huéspedes del Almanac pueden contratar un pack que incluye alojamiento de dos noches durante el fin de semana, seguir en primera fila las regatas de los ‘barcos voladores’ y degustar la alta gastronomía del restaurante Virens.
Las carreras comienzan a las 14h y concluyen a las 18h de la tarde, y mientras los huéspedes a bordo esperan el pistoletazo de salida, van degustando los aperitivos en cubierta: tartar de remolacha, hummus con crudités y burrata con tomate cherry y albahaca. Para acompañar, cava de apio y kombucha de maracuyá. Escaleras abajo, la venezolana Rosana Navas, jefa de partida de cocina fría, se afana en preparar cada platillo. “Es mi primera experiencia en alta mar. No es fácil emplatar debido al oleaje”, comenta sin perder la sonrisa.
Algo más tarde, el menú principal incluye minibocadillos de jamón ibérico 100% bellota, ensaladilla de langostinos con caviar de colores, ceviche de pescado e hinojo y otras delicias maridadas con vino Chardonay y Moët Chandon Imperial Brut. Sin olvidar los postres: riquísima la crema catalana de calabaza y fresas con espuma de yogur.
Tras la trepidante tarde de regatas en el mar, las 20h marcan el regreso al hotel, justo a tiempo para contemplar la puesta de sol desde Azimuth Rooftop.
Entre las sábanas, en la intimidad de la suite, podrá seguir navegando en sueños…, y acabar levantando entre vítores la Jarra de las Cien Guineas.