El conjunto de chaqueta sin cuello y falda de tweed de Chanel se ha convertido en un símbolo de la marca. Coco Chanel lo diseñó en los años 20 apropiándose de un tejido hasta entonces empleado en vestimenta masculina. Ella lo feminizó mediante los colores y revolucionó la estética. Lo descubrió durante su relación con el duque de Westminster, quien lo usaba en chaquetas para combatir el frío escocés. La diseñadora las tomó prestadas del aristócrata y las reinterpretó. Hoy, tanto las prendas (básicos de la firma presentes en todas las colecciones) como la tela de pura lana se asocian al instante con la maison.
Hasta tal punto es un clásico que la marca lo ha plasmado en la Alta Joyería. Tras una primera colección en 2020 de 45 piezas, este año ha vuelto a lanzar más joyas que imitan este cálido y confortable material asociado con el invierno y la calidad. Un trabajo laborioso de “Alta Costura” que recrea el patrón entrelazado distintivo del tejido con metales y piedras preciosos. Así como el tweed de Chanel está adornado con plumas, lazos y lentejuelas, las joyas complementan la trama de metal (oro, platino…) con diamantes, zafiros rosas, topacios imperiales, lapislázuli, ónix y otros adornos.
Patrice Leguéreau, director del estudio de creación de Alta Joyería de Chanel, señala sobre esta segunda colección que “es muy diferente de la primera y tiene una estructura muy distinta. Tenía una idea muy clara de lo que quería. Quería ir más allá en la interpretación creando un verdadero tejido de piedras preciosas, ligero y flexible”.
Las 63 piezas de la nueva serie, que incluye collares, pulseras, pendientes, anillos y broches, se dividen en cinco motivos, todos señas de identidad de la maison: el lazo, la camelia, el sol, el cometa y el león. Este animal representa el signo zodiacal de Gabrielle Chanel y es el emblema de la marca en Alta Joyería. En la colección Tweed Lion se opta por los tonos rojos, anaranjados y dorados para formar texturas bordadas y trenzadas con cadenas.
Las joyas de Tweed Lazo se entrelazan con una trama monocromática, ultraflexible y calada, con perlas cultivadas y diamantes engastados en oro blanco. En Tweed Camelia esta flor se muestra en bordados de oro rosa engastado con zafiros de este mismo color y fucsia sobre un tejido texturizado. Tweed Astral evoca el azul del cielo nocturno estrellado y piedras preciosas y un tejido negro y azul con diamantes amarillos y zafiros. Tweed Sol juega con las transparencias y brilla con piedras preciosas cristalinas engastadas en un tejido de oro amarillo.
La pieza estrella de la colección es el collar Tweed Royal. Y no lo es solo por su vistosidad tan similar a la tela de los trajes, también por el minucioso trabajo de 2.400 horas, “una proeza técnica”, indica Chanel. El tejido de oro amarillo del collar está adornado con una cadena que envuelve el cuello, y está engastado con diamantes y 37 rubíes. En el centro, un protagonista: el león que se desengancha para adornar como un broche. El diamante talla pera del centro (de 10,17 quilates) también se quita para brillar en la mano engastándolo en un anillo.