La belleza de un reloj Patek Philippe no se mide solo en complicaciones o materiales preciosos, sino en la delicadeza con la que cada esfera es concebida. Entre 50 y 200 operaciones, muchas de ellas manuales, y hasta seis meses de trabajo se esconden tras una superficie que debe ser bella, legible y armónica. Una verdadera obra de arte que resume siglos de savoir-faire suizo.
El modelo 7040/250G-001, con repetición de minutos y esmalte flinqué azul, encarna este virtuosismo. Su esfera en oro blanco se graba a mano con guilloché antes de ser esmaltada, permitiendo que la decoración brille bajo el esmalte transparente. Rematada con diamantes Top Wesselton en engaste flamme, esta pieza es testimonio de cómo Patek Philippe convierte el tiempo en un objeto de contemplación.
La perfección artesanal de Patek Philippe, en el Nº7 de CLASSPAPER, a la venta en nuestra web y en kioskos y librerías seleccionados.