Han pasado casi 40 años desde el lanzamiento de la Leica M6, una cámara que ha estado en las manos de muchos de los mejores fotógrafos del mundo y con la que se han capturado innumerables imágenes icónicas. Entre 1984 y 2002 Leica fabricó 175.000 unidades que fueron el máximo exponente de la tecnología de visor telemétrico, la esencia de las cámaras de la marca.
En una era en la que lo digital domina en el arte de la fotografía, pocos habrían apostado por su regreso. Pero aquí está. Leica ha decidido relanzar esta cámara de carrete mejorando incluso el visor que tenía hace décadas.
Fabricada a mano en Alemania, la nueva M6 utiliza un telémetro mecánico con un aumento de 0.72x en el visor, que está construido con más de 100 piezas individuales. Las superficies de cristal cuentan con un revestimiento antirreflectante que evita que se produzcan fugas de luz dispersa y, fiel al original de 1984, la nueva M6 viene con el inconfundible logotipo rojo de Leitz.
La apertura del diafragma y el tiempo de exposición idóneos se pueden determinar con precisión a través del objetivo y el balance de luz se muestra en la parte inferior del visor. Como en muchas de las legendarias cámaras Leica M, el enfoque se realiza mediante un sistema de imagen superpuesta o dividida, ideal para enfocar rápidamente con extrema precisión.
Por lo demás, hay pocos cambios porque, simplemente, no los necesita. Una de las ventajas de la fotografía analógica es que no está sujeta al ritmo frenético de la tecnología. La cámara es completamente mecánica, con excepción del sistema de fotometría que se apoya en una electrónica muy simple y fiable.
Los cambios están donde hacen falta. Cuenta, por ejemplo, con nuevos recubrimientos y tintes que la hacen más resistente a abrasiones, pero en peso y sensación al disparar, es la misma pequeña obra de arte que sedujo a los fotógrafos en la década de los 80 y los 90. Una copia casi exacta del modelo original digna de coleccionistas.
Y la nueva M6 es también, cómo no, compatible con las mismas excelentes ópticas de la serie M de Leica y utiliza rollos tradicionales de película de 35 mm., que gracias al inesperado auge de la fotografía analógica, vuelven a ser relativamente fáciles de conseguir. Llega al mercado este mes a un precio de 5.090 euros y se presenta en una caja similar a la del modelo original, con instrucciones y documentación recreadas con el máximo nivel de detalle. Todo un viaje en el tiempo.