Veintiocho millones de euros por el mayor diamante rosa en forma de pera

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Veintiocho millones de euros por el mayor diamante rosa en forma de pera

Con más de 18 quilates, The Fortune Pink se ha vendido en la venta especial de Christie's en Ginebra. Las joyas suman un total de 57 millones de euros.

Se llama The Fortune Pink y ha sido, sin lugar a dudas, la estrella de la venta de unas excepcionales piedras preciosas que tuvo lugar el 8 de noviembre en Ginebra de la mano de Christie’s. Este ejemplar, que se ha vendido por 28 millones de euros, se extrajo hace más de dos décadas y lo más probable es que provenga de una mina de Brasil a juzgar por la fuerte saturación de color y la notable tonalidad del diamante. Solo algunos afortunados de esta ciudad suiza han podido deleitarse estos días con sus 18,18 quilates, donde ha estado expuesto, junto al resto de lotes de joyas modernas e históricas, desde el pasado jueves 3 y hasta el mismo día 8 en el hotel Four Seasons des Bergues.

En Asia los diamantes rosas simbolizan prosperidad, de ahí su nombre, The Fortune Pink. Incluso existe el mito de un valle constelado de diamantes protegido por aves de rapiña en el cielo y por serpientes venenosas en la tierra. Para los antiguos griegos eran fragmentos de estrellas… Leyendas que endulzan ese halo de misticismo para algo que realmente no deja de ser la gema más dura que se conoce compuesta de carbono puro, así, sin más, y que son necesarios más de 4.000 grados centígrados para fundirla.

En la imagen superior y sobre estas líneas, The Fortune Pink. Con precio de salida entre 25 y 35 millones de euros, ha sido vendido por 28.

¿Por qué su valor es tan alto? Porque muy pocas son las privilegiadas piedras que salen a la superficie provenientes de las profundidades de la tierra. Y de ellas, apenas un 50% llevan en sus genes la calidad de gema y todavía menos tienen un tamaño suficiente para que merezca la pena extraerlas y tallarlas.

Otro valor añadido es que la coloración rosa es muy rara, y en ella entran en juego fuerzas geológicas específicas y extremas, y su formación no es como la de los azules o amarillos, en los que confluyen sustancias químicas que proporcionan esos tonos.

De izquierda a derecha: anillo de zafiro de Cachemira Cartier de 14,84 quilates y anillo de diamantes de talla esmeralda Graff D.

Por eso es tan valioso este diamante: límpido, cristalino, grande. Además, su color rosa está asociado al amor, la inocencia y la dulzura…, su escasez siempre causa sensación en las subastas.

Nos viene a la memoria aquel Pink Star de tono rosa vivid de forma ovalada, peso de 59,6 quilates y valorado en 67 millones de euros, o el Graff Pink encastado en un anillo propiedad privada de Harry Winston que se vendió en una subasta en 2010 por 47 millones de dólares a Laurence Graff. ¿Pero con forma de pera? Por ahora solo este, The Fortunate Pink.

Así lo corrobora Rahul Kadakia, Director Internacional de Joyería de Christie’s: “Después de The Rock, un diamante de 228 quilates que se vendió en mayo en Ginebra, Christie’s se enorgullece de presentar The Fortune Pink, el diamante rosa vivid en forma de pera más grande ofrecido a la venta en una subasta. Con su peso de 18,18 quilates, este excepcional diamante rosa sin duda traerá buena fortuna a su nuevo propietario”.

Sobre estas líneas, diamante blanco de 101,27 quilates y aretes Art Déco de Henri Picq con diamantes de 15,39 y 14,85 quilates.

Otras ‘perlas’ que han acompañan a esta piedra son un collar de diamantes Rivière con un pequeño diamante en forma de pera de 10,33 quilates, que se ha vendido por más de 882 mil euros, procedente de la colección Lord Weinstock, un adinerado industrial de la Gran Bretaña de la posguerra que lucía su esposa Netta Sobell; o el brazalete Quimera, propiedad de una familia principesca europea que data de las sagas sanguíneas Borbón Parma y Thurn y Taxis, de perlas naturales, rubíes y diamantes Art Déco, además de un excepcional collar de perlas de Bulgari, que ha alcanzado un precio de 511.832 euros.

La subasta también ha presentado tres magníficos ejemplos del icónico reloj de pulsera Serpenti de Bulgari de la década de 1960: dos lotes con diamantes y esmeraldas y un diseño de coral y ónix.

A modo de apunte simpático, en joyería las serpientes simbolizan la eterna renovación, la sabiduría, la vitalidad y la seducción y los modelos Serpenti se han convertido en uno de los diseños más codiciados desde la década de 1940, como el que adornaba la muñeca de Elizabeth Taylor, de oro, diamantes y esmeraldas, durante el rodaje de Cleopatra en 1962.

Collar Bulgari art déco (1930) de perlas y Serpenti de Bulgari (1960) con diamantes y esmeraldas.

Si viajamos hacia los locos años 20, nos topamos con un bandeau de diamantes, cuyo precio por el momento se desconoce, un complemento que se hizo popular en aquellos años en el que el pelo corto reemplazó a las cabelleras voluminosas, y que venía a ser una fusión entre una tiara y una diadema.

Por subrayar algunos ejemplos más de la venta, un diamante de 107,27 quilates; un anillo de diamantes de talla esmeralda Graff D (incoloro) de 41,36 quilates que alcanzó un precio de 3.708.892 euros; un par de aretes Art Déco de Henri Picq con diamantes de 15,39 y 14,85 quilates y un anillo de Cartier de zafiro de Cachemira de 14,84 quilates. Será por diamantes…