Es conocido que Fernando de Magallanes (Oporto, Portugal, 4 de febrero de 1480-27 de abril de 1521) convenció al Emperador Carlos I (Gante, Bélgica, 24 de febrero de 1500-21 de septiembre de 1558) para llevar a cabo una expedición marítima peligrosísima en ese tiempo. La misión consistía en demostrar que las Islas Molucas (Indonesia) estaban dentro de la demarcación castellana del Tratado de Tordesillas, alcanzar acuerdos con los gobernantes nativos y traer cargamentos de especias.
El 20 de septiembre de 1519, cinco naos (naves) y 250 hombres al mando de Fernando de Magallanes, portugués nacionalizado castellano, encararon la travesía del Atlántico. La expedición se topó con las inclemencias del invierno Austral, fuertes temporales y varios motines. La nao Santiago encalló; la San Antonio, desertó. Y no fue hasta octubre de 1520 que la Trinidad, la Victoria y la Concepción encontraron el hoy Estrecho de Magallanes para adentrarse luego en el Océano Pacífico.
Tras meses de navegación y penurias, la expedición llegó a Guam, una de las Islas Marianas. Para cuando arribaron a las Islas Filipinas, el escorbuto ya se había cobrado la vida de 21 tripulantes. En Cebú, el Rey Humabón selló su amistad con Magallanes y se convirtió al cristianismo junto a su esposa y cientos de nativos. Pero poco después Magallanes perdió la vida en Mactán al entrar en disputa con Lapulapu, rival de Humabón. Un acto imprudente y desafortunado que malogró ese primer encuentro entre españoles y filipinos. Más tarde Humabón acabaría con la vida de otros 27 tripulantes de la Armada. Las bajas obligaron a quemar la Concepción y sólo la Trinidad y la Victoria alcanzaron las Islas Molucas el 8 de noviembre de 1521.
Juan Sebastián Elcano (Guetaria, España, 30 de noviembre de 1486-Océano Pacífico, 4 de agosto de 1526), consumado marino y navegante de Guetaria, se convirtió desde ese momento en protagonista y, determinado a que la expedición de Magallanes a las Especies diera la primera vuelta al mundo, decidió regresar a España por el Oeste, por la demarcación portuguesa del Tratado de Tordesillas, adentrándose en el Índico Sur, por aguas nunca antes navegadas, para evitar de este modo ser apresado.
Así la nao Victoria no tocó tierra desde Timor, donde atracó para aprovisionarse en febrero de 1522, hasta la accidentada escala en Cabo Verde en Julio, tras una travesía épica e inverosímil, por el desconocido Sur del Índico y del Atlántico. Solo Elcano y 16 tripulantes, flacos “como jamás hombres estuvieron”, según escribió él mismo al Emperador, llegaron a Sanlúcar el 6 de septiembre de 1522, habiendo circunnavegado la Tierra, por primera vez en la Historia.
Y es hoy, 500 años después y para conmemorar esta gesta, que la editorial Tarberna Libraria, de mano de su director, Dionisio Redondo, publica en edición limitada con acta notarial a 500 unidades, un facsímil con los testamentos inéditos de Magallanes y Elcano acompañados por un magnífico libro explicativo y lo que en su tiempo era considerado “secreto de estado”: la cartografía y mapas diseñados por Pedro de Teixeira y Tiburcio Spannochi, que desvelaban las flaquezas y fortalezas de los puertos de Oporto, ciudad natal de Fernando; y de Guetaria, de Elcano.
No muchas veces aparece una publicación tan incontestable como esta que les relatamos hoy. Con un cuidadísimo diseño y recogido en un estuche distintivo, esta obra es objeto de deseo para bibliófilos, coleccionistas, navegantes, amantes del arte y todo aquel que guste de lo extraordinario. “Es un documento para tocar y sentir el paso del tiempo”, explica el editor Manuel Romero Tallafigo, comentando la textura del papel.
Porque más allá de la hazaña están los dos capitanes protagonistas de la primera vuelta al mundo. Y aunque la redacción de sus testamentos tuvo lugar en circunstancias muy diferentes (el primero la firmó sano y salvo en los alcázares de Sevilla; el segundo, enfermo y a bordo de la Santa María de la Victoria, navegando a través de las inmensidades del Océano Pacífico), son igualmente valiosas y nos dan a conocer el carácter y los sentimientos, tan diferentes, de los dos capitanes. Y arrojan luz sobre el momento, único, en que, en vísperas de un viaje aún más transcendental todavía, Magallanes y Elcano hicieron sus últimas mandas, encomendando su alma a Dios, disponiendo el destino que se había a su cuerpo y bienes, cuidando de la familia y velando también por su gloria póstuma… Una joya sólo para unos pocos.
Esta colección contiene el testamento de Fernando de Magallanes, el de Juan Sebastián de Elcano y cartografía histórica. Además, la obra completa se presenta en el distintivo estuche que le caracteriza, albergando los documentos facsímiles y el libro explicativo. Una edición limitada de 500 ejemplares de la que quedan aproximadamente 200 piezas. Precio por unidad: 1.140 euros.