Ferrari vuelve a Las 24 horas de Le Mans 50 años después

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Ferrari vuelve a Las 24 horas de Le Mans 50 años después

La casa de Maranello desvela el Hypercar 499P con el que competirá en 2023 en el mundial de resistencia con el objetivo de recuperar los éxitos del pasado.

En 2019 se estrenó una película ya mítica para los apasionados de las carreras, Le Mans 66 (James Mangold), protagonizada por Matt Damon como Carroll Shelby (Texas, 11 de enero de 1923 – 10 de mayo 2012) y Christian Bale como Ken Milles (Gran Bretaña, 1 de noviembre de 2018 – Circuito de Riverside, California, 17 de agosto de 1966). El film que ese año en los Oscar fue candidato a la mejor película y consiguió varias estatuillas técnicas, cuenta la historia de los dos hombres que al volante del mítico Ford GT40 acabaron con el reinado de Ferrari en Las 24 Horas de Le Mans. De hecho, el título original es Ford vs Ferrari.

Un año después del estreno de esta película, Ferrari decidió que volvía a la élite de las carreras de resistencia y a las 24 Horas Le Mans, medio siglo después de haber dejado la pista francesa de forma oficial en 1973, ya que aunque no han seguido participando en la categoría principal, sí lo han hecho en equipos privados.

El legado de Enzo

Durante varias décadas del siglo XX, Ferrari fue imbatible en la pista francesa, donde ganó en nueve ediciones y protagonizó duelos inolvidables en los años cincuenta del siglo XX con Jaguar y en los sesenta con Ford, además de ganar 22 títulos mundiales. 

El primer triunfo en Le Mans llegó en 1949, con el genial Luigi Chinetti y el británico Lord Seldson. En 1954 repitió con el argentino José Froilán y el francés Maurice Trintignant y en 1958 con el belga Olivier Gendebie y el estadounidense Phil Hill. Siempre había dos pilotos, porque al estar 24 horas conduciendo sin parar, era necesario hacer descansos, y a partir de los ochenta se amplió a tres pilotos.

En la imagen superior, el nuevo Hypercar 499P con el que Ferrari competirá en Las 24 Horas de Le Mans en 2023. Sobre estas líneas, el piloto Luca Chinetti durante su victoria en 1949.

En la primera parte de la década de los sesenta Ferrari se mostró imbatible. Ganó en Le Mans de 1960 a 1965, los tres primeros años con coches míticos como los Testa Rossa 60 y 61, el 250 P de 1963 –el primero con motor V12 en posición central– o los 275P y 330P de 1964. En 1965 Ferrari consiguió su último triunfo en Le Mans con el 250 LM. Los enfrentamientos con la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) por las normativas y la homologación de los vehículos unidos a los graves problemas financieros que atravesaba la compañía provocaron que aparecieran los compradores y Ford fue el más interesado. Para Henry Ford II (Detroit, 4 de septiembre de 1917- 29 de septiembre de 1987) adquirir Ferrari suponía prestigio y un excelente palmarés en competición, sobre todo en las 24 Horas de Le Mans, una prueba especialmente valorada por los estadounidenses, que también tenían las 24 de Sebring. Su vicepresidente, Lee Iacocca (Pensilvania, 15 de octubre 1924- Los Ángeles, 2 de Julio 2019), el padre del Ford Mustang y descendiente de italianos, dirigió la operación de compra. 

Pero ni al propietario Enzo Ferrari (Módena, 18 de febrero e 1898 – 14 de agosto de 1988) ni al Gobierno italiano les gustaba que una empresa extranjera se hiciera con una mítica marca y empresa del país. En su ayuda llegó Giovanni Agnelli (Turín, 12 de marzo 2021- 24 enero 2003), propietario de Fiat, un comprador al que Ferrari veía con mejores ojos. Hablaban el mismo idioma y se pusieron de acuerdo enseguida porque Agnelli le dejaba seguir controlando la actividad deportiva de Ferrari. La operación se cerró en junio de 1969 cuando Fiat compró del 50% de Ferrari (posteriormente, en 1988 con Enzo ya muy enfermo, Fiat elevó su participación en la empresa del cavallino al 90%. El 10% restante fue la herencia de Piero Ferrari).

Phill Hill ganando su primera carrera en las 24 horas de Le Mans en 1958. Posteriormente, en 1961, se convertiría en el único piloto del mundo en ganar las 24 horas de Le Mans y el campeonato mundial de F1 en el mismo año al volante de un 250 TR58 de Ferrari.

La negativa de Ferrari no le sentó nada bien a Henry Ford II, que decidió ganar al italiano en su terreno, el asfalto. Para ello creó un equipo propio –hasta entonces sólo competían privados– con el objetivo de derrotar a Ferrari en las 24 Horas de Le Mans. Como cuenta la película, lo consiguió el primer año, en 1966, y fue el mejor hasta 1969. En 1970 le dio el relevo a Porsche. Esta época de rivalidad nos dejó batallas míticas en las pistas que son ahora carne cinematográfica, y Ferrari dejó de competir oficialmente en Le Mans en 1973.

El pasado 29 de octubre, Ferrari anunció en el circuito de Imola, 30 km al sur de Bolonia, su regreso a las carreras de resistencia y desveló el Hypercar, con el que el próximo año competirá en el mundial de resistencia FIA WEC. Se llama 499P, un nombre con ecos del pasado. Tradicionalmente la P identifica a los prototipos y el número de la cilindrada del motor se sitúa por delante de la letra.

John Elkann (Nueva York, 1 de abril 1976), presidente ejecutivo de Ferrari, explicó durante el acto que “cuando decidimos comprometernos con este proyecto, nos embarcamos en un camino de innovación y desarrollo, fieles a nuestra tradición que ve la pista como el terreno ideal para empujar los límites de las soluciones tecnológicas de vanguardia, soluciones que con el tiempo se trasladarán a nuestros coches de carretera”. 

Nuevos horizontes para Ferrari

El Ferrari 499P se estrenará en las 1.000 Millas de Sebring el 17 de marzo de 2023. Este regreso ha implicado dos años de duro trabajo, primero en el túnel de viento de Maranello y luego en el colindante circuito de Fiorano. Los pilotos que se pondrán al volante se conocerán próximamente.

El nuevo 499P está decorado con los colores del último Ferrari que compitió en Le Mans, el 312P de los años 70. De los dos modelos fabricados, uno lleva el número 50 y el otro el 51, las cifras de carrera más exitosas de la historia de Ferrari.

El prototipo cumple con el reglamento técnico y los requisitos de la categoría Hypercar de Le Mans, establecidos por la FIA y el ACO (Automobile Club de l’Ouest). Tiene tracción integral y propulsión hibrida, con una potencia máxima de 500 kW y un peso mínimo de 1.030 kilos.

Este nuevo Ferrari Hypercar es el resultado del trabajo conjunto del departamento de ingeniería y de desarrollo de los coches de carreras deportivos y GT que dirige Ferdinando Cannizzo y de la división de la Attività Sportive GT y aerodinámica al frente de la que está Antonello Coletta. Para realizar el diseño se ha contado con la colaboración del Centro Style controlado por Flavio Manzoni, que se ha preocupado de preservar el ADN de Ferrari en este modelo de competición. “Mi equipo y yo hemos trabajado apasionadamente para darle una identidad Ferrari a este fantástico bólido que entra en acción en 2023”, comentó.

Plano trasero del nuevo Ferrari 499P.

Para Antonello Coletta, “el 499P es un sueño hecho realidad y un prototipo decididamente Ferrari”, mientras Ferdinando Cannizzo destaca: “Sabemos que tenemos una gran responsabilidad, todavía nos quedan muchos kilómetros por recorrer, pero el equipo es consciente de la importancia del proyecto y seguirá mostrando compromiso, pasión, madurez y profesionalidad”.

La carrocería se esculpió a partir de una superficie plana, con una trasera que combina la tecnología aerodinámica con el diseño, permitiendo la refrigeración de los elementos mecánicos y sin penalizar la aerodinámica ni la velocidad. 

El prototipo es híbrido, combina un motor de combustión en la parte trasera y un eléctrico que impulsa el eje delantero. El primero se deriva de la familia V6 biturbo que usan los vehículos Ferrari de carretera con una potencia máxima limitada por normativa de 500 kW (680 caballos). Se suma un ERS (sistema de recuperación de energía) de 200 kW (272 caballos). El motor eléctrico está equipado con un diferencial y es impulsado por una batería que se recarga exclusivamente durante la deceleración y la frenada. Las baterías de 900 voltios aprovechan la experiencia de la Fórmula 1, aunque se han fabricado específicamente para este proyecto y el tren motriz está acoplado a una caja de cambios secuencial de siete velocidades. Sólo falta oírlo rugir.